Una entrevista con la directora argentina Anahí Berneri

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Por Rachel Randall, Karoline Pelikan y Anahí Berneri 

El 12 de junio de 2024, organizamos una proyección de la película Alanis (2017) de la directora argentina Anahí Berneri en Kiln Cinema en Londres. La película se centra en las luchas de Alanis, una trabajadora sexual y joven madre que vive en Buenos Aires. Berneri grabó una introducción para nuestra proyección en la que habló de su sorpresa al recibir la primera versión del guion de la película, en la que no quedaba claro si Alanis era una trabajadora sexual o una víctima de trata de personas. En esta entrevista, Berneri habla sobre lo que la inspiró a hacer Alanis, la investigación que realizó en preparación para filmarla, y si considera o no que es una película feminista.

¿Por qué decidiste hacer la película Alanis? ¿Cuál fue el motivo o la inspiración?

La inspiración, la idea de Alanís surgió debido o provocado por la propuesta que me hicieron desde la Asociación Argentina de Actores intérpretes que había impartido unos talleres de guion anuales a sus asociados actores y este concurso tenía por premio que un director iba a hacerse cargo de filmar esos guiones, ese guion ganador, con producción, con dinero de de la Asociación. A mí me llamaron con la propuesta de un corto cuyo guion no estaba claro, si se trataba de una trabajadora sexual o una víctima de trata. Y esa fue la primera pregunta que le hice al guionista. Fue realmente muy sorprendente ver que el guionista no tenía idea, le parecía lo mismo y fue que me puse a investigar y este actor-guionista aceptó que hiciéramos una reescritura de guion luego de investigar en distintas asociaciones que nuclean a las trabajadoras sexuales, otras asociaciones abolicionistas de hablar con mujeres que trabajan en la calle y mujeres que trabajan en privado; situaciones completamente distintas.

© Film Still ‘Alanis’

¿Qué tipo de investigación hiciste antes de hacer la película (por ejemplo, para aprender más sobre las experiencias de las trabajadoras sexuales)?

Esta investigación que llevé adelante también viendo las leyes y las políticas actuales y no solo hablando con trabajadoras y abolicionistas y asociaciones y bueno, te digo de trabajadoras en distintos ámbitos es que pude acceder también a encuestas donde hablaban de el tipo de población que tenía un trabajo que lleva adelante del trabajo sexual. Hubo un dato que a mí me llamó mucho la atención que fue que el 80% de las trabajadoras sexuales mayores de 25 años era madre. En el guion original Alanis no era madre. Este dato a mí me pareció muy interesante de ver el cuerpo, no, de de una mujer que se prostituye siendo a la vez madre. Entonces empecé a pensar que tenía que tener un niño pequeño a quien amamantara y bueno las glándulas mamarias sexualizadas en el trabajo sexual se transformaban en el alimento de su bebé. 

Por otro lado parte de la investigación fueron las ordenanzas municipales que en Buenos Aires estaban vigente para desalojar inmuebles donde se llevará adelante la oferta sexual. Desalojar y clausurar, no. Y luego también escuchar los testimonios, no, donde estos agentes municipales exigían que esos departamentos tuvieran la habilitación como local de atención al público donde se prestaban servicios. Con lo cual erá totalmente vendida porque los prostíbulos no están legalizados. En realidad es una manera de simplemente desalojar o cobrar coimas a las trabajadoras sexuales.

El no permitirle a las mujeres tener un espacio para ejercer su trabajo y no estar legislado – lo que sucede es que las arrastra a la calle o al sometimiento o la protección de proxenetas que le cobran también comisiones, pongamosle, muy altas por protección ante quienes, en realidad no ante los clientes, sino ante los agentes municipales y a los agentes de seguridad que ponen en riesgo su trabajo.

Esto convierte al Estado un victimario, o sea las revictimiza cuando están intentando subsistir a través del trabajo sexual. O sea, yo estoy bastante de acuerdo en que la elección libre de la mujer de llevar adelante el trabajo sexual es baja, y esto es real, pero estando en un lugar donde es una elección a su forma de subsistir ante otras que hasta pueden denigrarla más o pueden hacer que su vida sea aún más precaria, vamos a decir, son revictimizadas por las políticas que en realidad las vuelven a excluir y no les dan un marco legal para subsistir.

© Film Still ‘Alanis’

¿Colaboraste o dialogaste con organizaciones que apoyan a las trabajadoras sexuales mientras que estabas desarrollando la película?

Hablé con asociaciones como AMMAR, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina, que bueno, el gobierno anterior tenían a pesar de no estar legalizado un espacio en la CGT que es la Cámara General de Trabajo. En realidad la CGT como asociación, digamos, como gremio independiente sindicalizado les había dado un espacio reconociéndolas a ellas, más allá de que bueno no hay leyes que las reconozcan ni en el Ministerio de Trabajo, ni de ninguna manera. Y también [hablé] con asociaciones proteccionistas que defienden a las mujeres víctimas de trata y, que bueno, ahora me fijo del nombre porque no me acuerdo, se me confunden porque son muy parecidos.

Y bueno, que fue muy interesante porque en el proceso de la película pude escuchar o intenté escuchar con los oídos abiertos a ambas campanas y creo que la película no baja una línea o intenta no juzgar o dar respuestas. Y lo que sucedió es que en el estreno y luego en distintas charlas fui invitada por ambas asociaciones en distintos momentos, en distintas funciones y se sentían ambas representadas, como que querían llevar la película o explicar la película para dar una respuesta de que aquello que pensaban, que querían, que defendían, era lo correcto. Me parece que esa fue mi intención y eso es lo que creo que es necesario, no, es como hablar de la desprotección y no hablar de qué debería hacerse o qué está bien o qué está mal.

¿Qué opinas sobre el término “mirada femenina” (female gaze)? ¿Significa algo para vos? ¿Cómo usaste tu mirada para representar el deseo en la película (o la cosificación del cuerpo femenino y/o el rechazo a esta cosificación)?

A mi me molesta la idea de mirada femenina justamente porque es singular. Yo creo que hay miradas femeninas y miradas masculinas, o sea apunto también a la diversidad, como así también hay miradas trans. Eso es lo que creo y en relación al deseo creo que es justamente – uno dirige, uno filma, uno crea, cualquier artista crea desde un cuerpo, sí estoy totalmente de acuerdo. Y bueno para mí como guionista y como directora, y como directora de actores siempre estoy pasando las historias que cuento por mi cuerpo, digo, creo que hay algo del orden de los travestí, no, de ponerse la ropa de su personaje, los zapatos del personaje de uno sin prejuicios para entender la situación y poder escribirla y poder filmarla.

© Film Still ‘Alanis’

¿Dirías que Alanis es una película feminista o prefieres no usar esta etiqueta para tus obras creativas?

No me gusta que digan que Alanís es una película feminista o que mis películas son películas feministas. Si, que me reconozcan y con eso me siento tranquila que me reconozcan feminista en mi planteo, no feminista por ser didáctica u obediente a ciertas corrientes de movimiento feminista sino porque me planteo cuestiones que hacen al feminismo. Me parece que Alanís es una película que habla sobre un tema que es un debate pendiente que tiene el feminismo. El trabajo sexual es un debate pendiente que tiene el feminismo y es un tema que divide aguas dentro de los movimientos, dentro del movimiento, eso estoy segura. Me parece que hay otros, y siempre intento poner el foco ahí, hay otros temas que todavía tenemos pendientes en el feminismo. Me gustan esos intersticios para pensar. O sea, no me interesa el cine que se arma para divulgar una política feminista sino aquel que sirve para reflexionar sobre cuestiones que parecen a veces muy claras o estancadas o no tienen respuesta.

© Film Still ‘Alanis’